“La informática es la metáfora de la tercera cultura” (John Brockman)
“La mayor empresa de la mente ha sido y siempre será el intento de conectar las ciencias con las humanidades” (Edward O. Wilson)
Las Dos Culturas
El impacto de un libro
En un célebre libro titulado “The two Cultures and the Scientific Revolution” (Las dos Culturas y la Revolución Científica), publicado en 1959, el científico y novelista británico Charles Percy Snow llamaba la atención sobre el problema de la dicotomía, polarización o esquizofrenia social existente entre la cultura humanística y la cultura científica, de una tensión cultural, incluso de una “guerra de culturas”. Algunos de los problemas que se habían detectado eran:
Desconocimiento mutuo entre humanistas y científicos. Los humanistas ignoraban conceptos básicos de la ciencia, como la segunda ley de la termodinámica (la ley de la entropía). Y los científicos no habían leído a Shakespeare.
La existencia de lenguajes, conceptos y actitudes diferentes en ambas culturas, con la consiguiente dificultad de comunicación.
La deshumanización del progreso científico.
La palabra “intelectual”, sorprendentemente, parecía excluir a los científicos.
Algunos factores que habían conducido a esta situación, según Snow, eran:
El declive de la educación.
La escasa divulgación de la ciencia.
La cripticidad de la ciencia, en donde destaca la abstrusa notación matemática.
La fragmentación (con la consiguiente especialización) y complejidad de la ciencia.
En una segunda edición de su libro (1963), Snow añadió un ensayo, titulado “A Second Look” (Un Segundo Enfoque), en el que confiaba (con cierto optimismo) que emergería una “tercera cultura”, una cultura que sirviera de común entendimiento entre las dos culturas tradicionales y que sirviera incluso para solucionar los problemas del mundo.
Historia: de lo unificado a la fragmentado
La arquitectura es el mejor ejemplo de unión entre las dos culturas. Para Vitruvio, “la arquitectura es y debe ser una disciplina adornada de infinitas ciencias”.
Desde la antigüedad hasta el siglo XVIII, de Platón a Leibniz, humanismo y ciencia se consideraban dos caras complementarias de la misma moneda.
Históricamente, la ciencia (en especial la física) se había considerado “filosofía natural”. Por ejemplo, el famoso libro de Newton lo tituló “Principios Matemáticos de la Filosofía Natural”.
Leonardo, una de las grandes figuras del Renacimiento, se considera el paradigma de la unión entre ciencia y humanismo, pues unió arte y ciencia. Su “hombre de Vitrubio” se puede considerar una buena representación de la unión entre ciencia (geometría) y humanismo.
El hombre de Viruvio (Leonardo da Vinci)
Pero en el post-Renacimiento, figuras como Newton, Galileo y Descartes contribuyeron enormemente a la escisión entre ciencia y humanismo. Descartes, en particular, se considera el iniciador de la dualidad ciencia-humanismo cuando dividió la realidad entre mente (dominio del humanismo) y materia (dominio de las ciencias).
Las dos culturas y la conciencia dual
Realmente las dos culturas tradicionales constituyen un aspecto más de la característica dicotómica o dual de la conciencia humana, asociada con los dos hemisferios cerebrales:
La humanista, que se asocia con lo subjetivo, lo imaginativo, lo relativo, lo flexible, lo interpretable, lo valorable (que es una medida subjetiva) y la intuición.
La científica, que se asocia con lo objetivo, lo real, lo absoluto, lo fijo, lo universal, la verdad y la razón.
Hablar de “dos culturas” es, sin embargo, paradójico, por dos razones:
Se supone que la característica principal de la cultura es precisamente la capacidad de desarrollar vínculos entre todas las facetas de la actividad humana.
La palabra “ciencia” proviene del latín “scientia”, que significa “conocimiento”. Y se supone que ciencia y humanidades son formas de conocimiento. Aunque, en el caso de los humanistas no solo tratan de entender el mundo, sino trascenderlo con la imaginación.
La informática, la ciencia cognitiva y la tercera cultura
La informática representa el paradigma de la tercera cultura, pues tiene sus raíces en muchas disciplinas, tanto científicas como humanistas: electrónica, lógica, lingüística, matemáticas, psicología, filosofía de la mente, etc.
Pero la informática ha sido reemplazada como paradigma de la tercera cultura por la llamada hoy “ciencia cognitiva”, una ciencia en la confluyen seis ciencias (el llamado “hexágono cognitivo”): lingüística, psicología, neurología, filosofía (que incluye filosofía de la mente, epistemología y lógica), antropología e inteligencia artificial. Su objetivo es el estudio del funcionamiento de la mente humana. La unión de estas seis ciencias era necesario, pues ninguna de ellas era autosuficiente para estudiar algo tan complejo.
Terry Winograd y Fernando Flores son considerados los pioneros en este tema de la relación entre informática y cognición. Su obra conjunta “Understanding Computers and Cognition: A New Foundation for Design” (Entendiendo Ordenadores y Cognición: Un Nuevo Fundamento del Diseño) [1987] supuso una reinterpretación filosófica de la computación y el diseño de software, al relacionarlos con la filosofía del lenguaje y la psicología:
El diseño de software es una actividad relacionada con el diseño en general. Diseñar es, en realidad, diseñar nuevas formas de ser.
Lo importante no es la tecnología, sino la comprensión de nuestro entorno y de nosotros mismos. Con el entorno interaccionamos, el entorno nos condiciona y, a su vez, nosotros modificamos el entorno.
La computación debe reorientarse, más que a lo meros aspectos de proceso de datos, hacia los temas de comunicación y coordinación en el entorno de una organización, donde hay una serie de actividades colectivas. Es lo que hoy denominamos "workflow" (red de flujos de trabajo). Una organización se puede considerar como una red de flujos de trabajo.
El lenguaje humano es acción social, no descripción. Mediante las acciones creamos el mundo.
La tradición racionalista de la inteligencia artificial −construir una mente artificial semejante a la humana− debe reemplazarse por un enfoque diferente más humanista: construir una prótesis que amplifique la mente.
Integración vs. unificación de las dos culturas
Para acercar las dos culturas existen dos vías: la integradora y la unificadora.
Para la estrategia integradora (o de abajo-arriba), las dos culturas deben aproximarse, por ejemplo:
Que la cultura humanista adoptara la metodología científica, para intentar aclarar la naturaleza humana y nuestro papel en el universo. Es decir, dar prioridad al rigor intelectual sobre otras formas de pensamiento.
Que la cultura científica nos proporcione nuevas formas de entender o contemplar las cosas.
Para la estrategia unificadora (o de arriba-abajo), se trataría de crear una nueva cultura (una verdadera tercera cultura), de la cual pudieran contemplarse las dos culturas tradicionales, pero como dos puntos de vista de la misma cultura. Esta segunda estrategia sería lo más deseable.
Sin embargo, la verdadera unificación vendrá con la concepción de una ciencia y unas humanidades basadas en arquetipos universales y, por lo tanto, comunes a ambos dominios.
La situación actual
Al día de hoy, existen varias tendencias (integradoras y unificadoras) entre ciencia y humanismo:
La llamada “modernidad” se caracteriza por el papel invasor de la ciencia y la técnica sobre las humanidades. Dependemos cada vez más de la ciencia y la tecnología, que impactan nuestra vida diaria. Y esta “amenaza” avanza de muchas formas: ingeniería genética, robótica, xenotrasplantes, etc.
Aparecen diversos puentes particulares que intentan conectar temas de los dos bandos. Un ejemplo representativo es el de la filosofía de la información.
La ciencia ha abierto la puerta totalmente a la filosofía con nuevas visiones del mundo: los “paradigmas científicos”. Kuhn, en su libro “La Estructura de las Revoluciones Científicas” (1962) puso de manifiesto que el conocimiento científico depende de nuestra visión del mundo, y que esta visión cambia con el tiempo, abriendo la puerta a nuevas concepciones de la ciencia. La “nueva física”, en particular, está aplicando soluciones imaginativas que ayudan a comprender la verdadera naturaleza de la realidad.
Entre los nuevos paradigmas, podemos citar:
La filosofía de los mundos posibles, paralelos e imaginarios.
El universo inteligente, el universo como una “gran mente”, el universo como computador, el multiverso, el metaverso.
La filosofía fractal: la mente fractal, el universo fractal, el tiempo fractal.
El paradigma holográfico.
La física de la inmortalidad.
MENTAL y la Tercera Cultura
MENTAL es un lenguaje que se puede encuadrar dentro de la filosofía de la tercera cultura:
Por sus características humanísticas y científico-técnicas.
Porque encuadra perfectamente en la ciencia cognitiva, pues MENTAL es −entre otras cosas− un lenguaje psicológico, un lenguaje filosófico, un modelo de la mente, un lenguaje informático, un lenguaje matemático y un lenguaje para la inteligencia artificial. MENTAL unifica y no necesita “integrar” dominios o disciplinas diferentes.
Porque se fundamenta en arquetipos de la conciencia, que son a la vez categorías filosóficas.
Porque permite trascender el mundo real y los mundos posibles hacia los mundos posibles e imaginarios.
Adenda
Historia del libro de Snow
Snow acuñó el término “las dos culturas” en un artículo del mismo título publicado en 1956 en la revista The New Statesman. Este artículo fue el germen de su conferencia de 1959 en la Universidad de Cambridge (Rede Lecture). El libro apareció también el mismo año. La segunda edición de 1963 incluye una amplia introducción (64 páginas) de Stefan Collini.
El libro de Snow produjo un gran impacto en su época, generó mucho interés y provocó multitud de debates sobre el tema. Su fama aumentó cuando el crítico literario F.R. Leavis arremetió duramente contra Snow y su tesis en The Spectator. Leavis negaba que existiera una cultura científica y que habría que hablar sólo del impacto cultural de la revolución científica.
Postmodernismo
El pensamiento o filosofía “postmoderna” cuestiona el pensamiento científico:
Nuestro conocimiento del mundo se basa en creencias de tipo sociocultural, incluyendo nuestro pensamiento, que está condicionado por el lenguaje. Las teorías científicas son reflejo de este entorno y no representan ningún conocimiento real.
La realidad objetiva es un mito. La realidad que percibimos es una construcción social y lingüística.
Hay tantas realidades como culturas (multiculturalismo).
El lenguaje es impotente para capturar la esencia de la realidad.
La ciencia es un sistema autorreferencial, sin ningún fundamento sólido.
Rechazo de las teorías estructurales. Jacques Derrida (el padre del postmodernismo) habla del deconstructivismo, del fin del estructuralismo.
Es imposible lograr un sistema explicativo completo, único y cerrado, apoyándose en el pensamiento dicotómico (bueno-malo, verdadero-falso, etc.).
No existe una clara diferencia entre realidad y ficción.
Para Gerald Holton [1993], el pensamiento postmodernista es irracionalismo y anti-ciencia, pues cuestiona el papel del conocimiento científico en nuestra cultura.
El escándalo Sokal
Con objeto de ridiculizar el pensamiento postmodernista respecto a la ciencia, el físico Alan Sokal envió en un artículo pseudo-científico a la revista cultural postmodernista Social Texts. El artículo, titulado “Transgressing the Boundaries: Towars a Transformative Hermeneutics of Quantum Gravity” (Trangrediendo las Fronteras: Hacia una Hermenéutica transformadora de la Gravedad Cuántica), aunque con citas verídicas, parodiaba el pensamiento postmodernista. Trataba sobre las implicaciones filosóficas y políticas de la física cuántica. Incluía analogías absurdas, frases sin sentido, mezclaba verdades con falsedades y afirmaba que la ciencia debería liberarse de la verdad absoluta y la realidad objetiva. La dirección de la revista no se percató de la burla y el artículo fue publicado en 1996. En otra publicación (Lingua Franca), Sokal admitió que se trataba de una parodia. La “farsa Sokal” (Sokal hoax) fue difundida por la prensa, fue fuertemente debatida y contribuyó a amplificar la controversia entre las dos culturas. En 1998, Sokal publicó un libro (en colaboración) denunciando a la actitud de los intelectuales postmodernistas respecto a la ciencia.
De todas formas, las reflexiones de Sokal podían ser perfectamente aplicables a muchos científicos que utilizan un lenguaje pomposo e ininteligible.
Bibliografía
Brockman, John (editor). La Tercera Cultura. Más allá de de la revolución científica. Tusquets Editores, Colección Metatemas, 1995.
Brown, Mandy. The Two Cultures Revisited. Debate Between the Disciplines. Internet, 2000.
De la Mothe, John. C.P. Snow and the Struggle of Modernity. McGill-Queen´s University Press, 1992.
Delgado González, José Antonio. El Retorno al Paraíso Perdido. La renovación de una cultura. Sotabur, 2004.
Gross, Paul R. & Levitt, Norman. Higher Superstition: The Academic Left and its Quarrels with Science. Baltimore, John Hopkins, 1998.
Holton, Gerald James. Ciencia y anticiencia. Nivola, 2003.
Kimball, Roger. The two cultures today. Internet.
Laudan, Larry. Science and Relativism. Chicago: University of Chicago Press, 1990.
Lingua Franca (editores). The Sokal Hoax: The Sham That Shook the Academy. Lincoln: University of Nebraska Press, 2000.
Sánchez Ron, José Manuel. La Nueva Ilustración. Ciencia, Tecnología y Humanidades en un mundo interdisciplinar. Ediciones Nobel, 2011.
Schrödinger, Erwin. Ciencia y humanismo. Tusquets Editores, 1985.
Snow, Charles Percy. The two cultures. Cambridge University Press, Cambridge, 1963. Versión española: Las dos culturas. Nueva Visión, 2000.
Snow, Charles Percy. Las dos culturas y un segundo enfoque. Alianza, Madrid, 1977.